En las ciencias de la salud ha cobrado bastante importancia en la práctica clínica la famosa frase de la navaja de Ockham “En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable”, y no es que esté en desacuerdo con esta frase, porque en muchas ocasiones puede ser correcta; pero lo cierto es que los seres humanos por naturaleza tratamos de buscar lo que nos resulta menos complicado, lo que nos hace pensar menos y a lo cual podemos llegar con menor dificultad, y sinceramente creo que debido a nuestra condición natural, aplicar esa frase en la mayoría de casos, en cuanto a medicina se refiere, hace que nos tomemos los problemas de salud de manera poco seria o a la ligera, porque en medicina A+B no siempre es C.
¿Cuántas veces nos hemos preguntado por qué tengo dolor en esa articulación de un día para otro?
En FISIOTERAPIA tenemos multitud de modelos que intentan explicar por qué se lesiona nuestro sistema musculo-esquelético, por qué nos duele la espalda, por qué sufren nuestras articulaciones, la mayoría de estos modelos se centran en modelos biomecanicistas y cinesiológicos (calidad y cantidad de movimiento), es decir cómo nos movemos y que problemas surgen de movernos mal. Los fisioterapeutas somos o deberíamos de ser muy expertos en biomecánica, diagnosticamos y tratamos alteraciones del movimiento; y junto con los traumatólogos, somos los profesionales sanitarios por excelencia que nos dedicamos a tratar patología músculo-esquelética. Aún así muchas dolencias no siempre salen adelante como esperamos a pesar de haber hecho un buen abordaje desde nuestra perspectiva biomecanicista y hacen que los pacientes terminen acudiendo a terapias alternativas.
La especialización no explica de manera integral por qué a ti te duele ahí sin causa aparente
La medicina actual, trata de especializar al profesional cada vez más, una y otra vez, de intentar simplificar un problema de salud al máximo. Pues si te duele un hombro, para traumatología, allí te harán radiografías, o hasta una resonancia, diagnóstico más común, tendinitis del manguito rotador o algunos se atreven a precisar más, tendinitis del supraespinoso; ¿A quién no le suena esto? Pero pocos se atreven o se les ocurre indagar de si la posible diabetes tipo II (no insulínica) que podrías tener también te puede influir, el traumatólogo normalmente no se va dar cuenta de esta metabolipatía, total no es su campo de estudio, no le han hecho énfasis en la carrera a pesar de que le dan la formación, de que se tiene que parar a mirar eso; y en la seguridad social ya no le dan ni el tiempo nesario.
Ya lo dijo otro genio, “se debe hacer todo tan sencillo como sea posible, pero no lo más sencillo”. Lo que quiero decir es que estamos dejando de lado el estudio de las interrelaciones anatomo-fisiológicas que tiene nuestro cuerpo, cómo puede funcionar nuestro cuerpo y por qué funciona así desde todos los puntos de vista.
Deberíamos parar a pensar que factores de riesgo pueden estar causando ese dolor
Es cierto que en la mayor parte de las ocasiones en las que te duele el el hombro, el factor mecánico está ahí, es un factor de riesgo claro, si mueves mal el hombro y o si te has dado un golpe, pues es normal que te duela, y quizás mejorando esto, también mejora tu dolor. Pero en patologías crónicas casi siempre suele haber más factores asociados y estamos dejando de lado el estudio y el conocimiento de que existen otros factores de riesgo que influyen y mucho más de lo que nos pensamos en las algias articulares. Son los pacientes que se nos escapan, o que tras varias sesiones no mejoran nada. Ya lo decía Leibniz en contraposición a la navaja de Ockham “Todo lo que sea posible que ocurra, ocurrirá” y esto en un sistema tan complejo como nuestro organismo es totalmente extrapolable.
Con esta crítica inicial lo que quería era llamar la atención para referir que cuando nuestro sistema musculoesquelético sufre, tenemos que tener en cuenta que no siempre es solo cosa de músculos y huesos, de si tenemos tal postura o de si no nos movemos bien o nos movemos poco. Traumatólogos y fisioterapeutas debemos actuar en eso pero deberíamos tener la capacidad de sospechar otros problemas que puedan estar influyendo también y recomendar el profesional adecuado. Es conocida la gran cantidad de elementos en nuestro cuerpo cuya mala función o en las cuales hay algún tipo de problema puede provocar manifestaciones en el sistema musculoesqueléticom por ejemplo el síndrome de Pancoast
Cada vez vemos más bibliografía que asocia endocrinopatías, metabolipatías, enfermedades autoinmunes (que no sean de tipo reumatológico, las cuales ya se sabía desde hace tiempo que afectaban al sistema muscular y esquelético) e incluso afectaciones psicológicas que pueden provocar mayor prevalencia a dolor muscular y articular. (dolor lumbar y gota) (sacroileitis y celiaquía) (menstruación y dolor lumbar).
Por ello creo que debemos ver al paciente en un contexto mucho más global que el que hacemos cuando nos especializamos en algo. porque eso nos lleva al final a ver solo nuestro campo y no todo el contexto biopsicosocial que engloba al paciente.
Los fisioterapeutas creo que debido a la competencia, ya que la mayoría trabajamos en el sector privado y debido también a la cantidad de formación que hacemos cuando salimos de la carrera, podemos ser y somos los profesionales de primera elección ante un dolor que afecta a nuestro cuerpo, como tal actuaré sobre los factores de riesgo mecánicos que afecten al paciente pero para mejorar mi praxis no está de mas que interprete que pueda haber otros problemas y recomendar profesionales que se encarguen de actuar ahí.