En la primera parte de este artículo (pubalgía I), explicábamos que es la pubalgia, que mecanismos son los que la suelen producir y que pasa en los tejidos cuando existe esta lesión.
En esta segunda parte del artículo vamos a proponer un protocolo de tratamiento, sabemos que cada persona, lesión y evolución de esta, son totalmente diferentes y en cada caso tendremos que hacer otro tipo de técnicas o de planteamiento. Pero vamos a explicar como nosotros programamos una recuperación de una pubalgia.
Fase en descarga
En la primera fase de la lesión, es decir, cuando el paciente viene más agudo y con dolor en cualquier actividad de la vida diaria, desde levantarse por la mañana de la cama, hasta estornudar o toser, así como andar, debemos tener en cuenta que todo tratamiento y readaptación que hagamos tiene que ser en descarga, en la camilla.
Fase de descarga (en camilla), entre 2 y 3 semanas aproximadamente:
- Técnicas miofasciales de la estructura y de las estructuras colindantes. Las técnicas que más utilizamos nosotros suelen ser, técnicas miofasciales para la entesis y tendón, así como los tabiques de separación entre músculos, y manos cruzadas y recoil en la rama púbica.
- Normalización de las distintas disfunciones que presente el paciente, estas van a ser diferentes en cada paciente, bien sea de lumbares, sacro e iliacos. Las técnicas varían desde técnicas de alta velocidad, como de movilidad como de musculoenergía.
- Normalización del tono muscular si es que está elevado, tanto en la zona (adductor medio y mayor) como de la musculatura relacionada (pectíneo, psoas, recto interno, piramidales, glúteos…)
- Flexibilidad de las cadenas acortadas
- Trabajo de control motor y de core. Enseñar al paciente a contraer adecuadamente la musculatura intrínseca del abdomen (transverso del abdomen, oblicuos y recto del abdomen) y también la musculatura intriseca lumbar (multífidos) en camilla.
- Ejercicios para fortalecer y dar estímulos de mecanotrasducción al tejido. Como pueden ser isométricos en posición excéntrica sin llegar al dolor.
- Tratamiento invasivo (EPI) si el tendón se viese demasiado degenerado, para provocar una reacción de inflamación
- Tratamiento visceral, si hubiese signos de que puede haber dolor referido por alguna víscera relacionada con la zona.
- Aconsejar al paciente una buena nutrición, hidratación y descanso para mejorar tanto el pH del tejido como la sintomatología visceral.
Esta fase para personas que no realizan un deporte profesional o constante y que lo único que necesitan es retomar sus actividades de la vida diaria, suele ser suficiente con este protocolo de tratamiento.
El tiempo de tratamiento y de esta fase depende de la cargar que tenga la persona en su vida diaria, trabajo, ejercicio, stress.
Fase de readaptación
Fase de readaptación, de 3 a 6 semanas aproximadamente:
En esta fase podemos incluir todo lo anterior, pero añadiendo ejercicios más complejos de fuerza fuera de la camilla, con más series y más repeticiones y midiendo la carga según las sensaciones del paciente los días posteriores de los ejercicios, es decir, si aumenta o no el umbral del dolor.
- Ejercicios de fuerza: Semisentadillas de vasto interno, concentrico-excentrico de add medio y recto interno tanto en camilla como con un fitball o patinete, fortalecimiento de abdominales y lumbares.
- Ejercicios de resistencia: Bicicleta, elíptica, carrera continua, progresivos
- Ejercicios de readaptación del gesto lesivo y del gesto del deporte al que se dedique el paciente, por ejemplo, en el futbol, el sprint y el golpeo de interior.
En esta fase no debemos hacer todos los ejercicios un mismo día, si no que podemos ir alternando distintos ejercicios cada día, por ejemplo, un día fuerza y otro día resistencia y readaptación.
Tenemos que controlar bien la carga y que no aumente el dolor ni la sintomatología del paciente. Jugar con esto a la hora de subir las series, repeticiones, velocidad y peso.
Ir poco a poco metiendo al paciente en la actividad deportiva de manera muy progresiva.
Seguir con el tratamiento como el de la fase aguda en camilla para normalizar y controlar el tejido.
Hay que tener en cuenta que todo esto varía según el estilo de vida, anatomía y deporte del paciente.