¿Vas con prisa a todos lados? ¿Notas como si te faltase el tiempo? ¿Te duele el cuello, el hombro, el brazo o la mano? Quizás estés sufriendo el síndrome del desfiladero torácico.
Todas estas preguntas guardan relación la una con la otra, y si te sientes identificado quizás estés pasando por un periodo de ansiedad o de estrés crónico.
Te aconsejo que sigas leyendo porque este post te puede ayudar mucho a poner solución a tus problemas.
Queríamos hacer una entrada un poco diferente con respecto a las otras y hemos elegido este tema, el síndrome del desfiladero torácico, una de las entidades clínicas por las que más atendemos a nuestros pacientes en nuestra Clínica de Fisioterapia.
No es el objetivo de esta entrada meternos a fondo en qué es este síndrome, sino centrarnos más en una de las causas indirectas, poco atendidas, la ansiedad y el estrés crónico.
¿QUÉ ES EL SÍNDROME DEL DESFILADERO TORÁCICO?
El síndrome del desfiladero torácico seria un atrapamiento del plexo braquial y de la arteria subclavia que también pasa a llamarse axilar en su paso por la axila (estudio).
En la imagen vemos estas estructuras, las cuales pueden verse comprometidas de forma parecida a la manera que se estrangula una manguera de agua, por tres sitios diferentes.
Punto 1 o paso entre los escalenos medio y anterior
Es el punto más proximal y es aquel formado por el triángulo que se genera por los músculos escaleno anterior y escaleno medio.
Estos músculos se encuentran en la parte posterolateral y anterolateral de la región cervical y van desde las vértebras cervicales a las costillas. Aparte de tener mucha implicación en los movimientos del cuello, es importante que os quedéis con este dato, son músculos que asisten en la respiración.
Si no os lo creéis podéis hacer una inhalación muy fuerte mientas poneis vuestra mano en la parte anterior y lateral del cuello y vais a ver como se activa toda esa zona mientras llenáis de aire vuestros pulmones.
En este punto, estos músculos pueden guillotinar a las estructuras neurovasculares y empezar a originar diversos síntomas (dolor, quemazón, sensación de frío, hormigueo, pérdida de fuerza, etc.)
Punto 2 o paso entre la 1ª costilla y la clavícula
El segundo paso del desfiladero torácico se forma entre la primera costilla y la clavícula. Un ascenso de la primera costilla por un bloqueo en inspiración cuando tomamos aire, o una bajada de la clavícula, puede desencadenar la compresión.
Punto 3 o paso por el pectoral menor
El pectoral menor, otro músculo que va hacia las costillas, normalmente a la 3ª, 4ª y 5ª, también ayuda a que asciendan en una inspiración. Si por algunas razones este músculo sufre un espasmo también puede ayudar a la compresión del paquete neurovascular.
El síndrome del desfiladero torácico se desencadena básicamente porque arterias, venas y nervios sufren un atrapamiento.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA?
Normalmente el diagnóstico se puede empezar a sospechar a través de un examen físico, palpación y test ortopédicos con buena precisión.
En cuanto a las pruebas de imagen, el que pueda haber sintomatología variada no ayuda a elegir el mejor procedimiento y hay diversa controversia.
Como pruebas de imagen podemos usar:
- Radiografía: Útil en casos cuando ha habido caídas o en accidentes de tráfico o para ver posibles anormalidades anatómicas que pueden favorecer el síndrome.
- Doppler: Es muy usado para el diagnóstico del síndrome de desfiladero torácico, siempre y cuando este sea de origen venoso. Se debería hacer siempre con movimientos del paciente, pues en la mayoría de casos la compresión se da por movimientos o posiciones concretas.
- Electromiografía y angiografía: Una para detectar la conducción del nervio y la otra para la conducción arterial. Son herramientas clásicas de diagnóstico con mucha controversia en su utilidad. Esto ocurre porque la prueba se hace con el paciente en estático; si en esa posición no hay compresión es muy raro que estas pruebas detecten algo.
RELACIÓN DEL SÍNDROME DE DESFILADERO TORÁCICO CON TRANSTORNOS DE ANSIEDAD Y ESTRÉS CRÓNICO
Ahora vamos con lo que realmente queríamos transmitir en este artículo; como los trastornos de la ansiedad, las preocupaciones excesivas o problemas en la gestión de nuestras emociones puede facilitar la aparición de este síndrome.
Casi todos los puntos de atrapamiento en el síndrome del desfiladero torácico tienen en común que los músculos implicados participan en mayor o menor medida en la inspiración.
Cuando estamos tranquilos o relajados la respiración se hace básicamente a través del diafragma y los músculos intercostales, músculos muy potentes cuya principal misión es actuar en la respiración.
Sin embargo, los escalenos, el músculo subclavio o el pectoral menor, son músculos cuya función principal no es la de la respiración, aunque podrían ayudar en ciertos momentos sobre todo a poder tomar más aire.
Por ejemplo si se nos escapa el autobús y nos damos una carrerita para cogerlo, después de esa carrerita en la que necesitamos coger más aire para recuperarnos, necesitamos que estos músculos se activen más aun para inhalar más fuerte.
Pues bien, como ya se sabe, la ansiedad o trastornos de la ansiedad, el estrés crónico, las preocupaciones excesivas, todo esto puede producir alteración en la mecánica ventilatoria.
Inconscientemente nos da una sensación de que podemos respirar menos y eso hace que tengamos que aumentar nuestra activación de la musculatura accesoria de la respiración sobre todo pectoral menor y escalenos para hacer frente a esta nueva situación que se puede hacer crónica (estudio).
Es esta sobreactivación prolongada debido a lo que acabamos de describir la que nos puede generar el síndrome del desfiladero torácico y sabiendo esto hay que hacer frente a ese contexto que estamos.
CONCLUSIÓN
En este artículo queríamos destacar la importancia de los trastornos de la ansiedad, el estrés crónico, las preocupaciones excesivas y los problemas en la gestión de nuestras emociones en el síndrome del desfiladero torácico.
Esta conexión cognitiva-conductual con nuestro sistema músculoesquelético es clara y no solo da síntomas sino que cambia nuestra mecánica y nuestra actividad muscular.
Muchas de las alteraciones que nos encontramos no tienen porque ser solamente estructurales, sino que tienen un componente mental detrás de ellas muy grande.
En una próxima entrada del blog escribiremos sobre las posibles estrategias de tratamiento e intervenciones.
Recuerda que si quieres más información o ayuda puedes solicitarla acudiendo o llamando a nuestro centro de fisioterapia, Higea Fisioterapia Granada.
Hola buenos días me llamo Carmen Escobar y si estoy pasando por este mismo momento por esa patología estoy que no me puedo para r de la cama ir el dolor intenso en el cuello que me coje pecho espalda y el brazo se me duerme los dedos desde el Chiquito hasta hasta el índice , ya varios años me hicieron una resonancia manectica y me detectaron síndrome desfiladero torácico